Tradicionalmente en el mundo de la automoción se ha conocido a los deportivos de dos puertas como coupé. Pero una definición tan simple no sería propia de un sector acostumbrado a sacar nuevos términos y conceptos. De eso peca en 2018 este segmento, hasta el punto de que algunos fabricantes han sacado incluso modelos de cuatro puertas pese a que el término, de origen francés y que significa “cortado”, debería dejar fuera de la ecuación a un sedán o a un SUV. Una contradicción en sí misma para una definición de coche deportivo que destaca por su carrocería rígida que mejora el comportamiento en curva de forma notable. El mercado de coupé de segunda mano se reparte casi a partes iguales entre los diésel y los gasolina. Una cuestión de gustos. Pero rara vez quien busca un vehículo de este estilo prioriza la eficiencia a un extra de potencia y alta velocidad. Líneas esbeltas y una estética más agresiva en el exterior combinan en el interior con volantes más atractivos, asientos con mejor agarre y acabados en aluminio o fibra de carbono en coches de Audi, BMW o Mercedes. Detalles que enamoran tanto en los más clásicos como en los conceptos nuevos. Véase los fastback, que se definen por una caída más pronunciada de la luna trasera, o los notchback, algo así como un sedán de dos puertas. Casi infinitas opciones porque hoy hay coupés de todo tipo. Desde al Audi TT al Renault Megane. Y para todos los bolsillos, especialmente si son de segunda mano.